Ibiza es mucho más que sol, playa y ocio nocturno. ¡Ponte las botas!, porque te espera un mar de senderos que surcan paisajes donde respirarás la paz del campo, el sosiego, la belleza esencial de un lugar elogiado por viajeros de todo el mundo durante décadas, salpicado de casas blancas de arquitectura tradicional.

Por el interior agrícola descubrirás la belleza del Pla de Corona y el Pla d’Aubarca, parcelas sembradas de almendros que florecen en el corazón del invierno. Por la costa hay caminos que te llevarán a las antiguas atalayas de defensa que custodiaban la costa de ataques piratas, hoy convertidas en maravillosos miradores sobre el Mediterráneo más azul. 

Por las montañas de Es Amunts te adentrarás en senderos utilizados por leñadores y carboneros. Y en el sur podrás pasear entre estanques salineros donde se cosecha sal desde hace siglos.