Menorca es una isla de poco más de 700 km², lo que hace que descubrir sus innumerables calas resulte del todo tentador y una de las actividades más gratificantes. La isla es reconocida por su paisaje bien conservado, su costa de gran belleza, y el perfecto estado de conservación de su litoral. Por eso, no es de extrañar que Menorca esté declarada Reserva de Biosfera por la Unesco. 

La isla atesora maravillosas calas y playas de marcados contrastes. Por lo que respecta a la zona norte, podrás descubrir un paraje natural de colores y tonalidades cálidas cuyos paisajes han sido moldeados por los vientos de tramontana que soplan en esta parte de la isla. Eso, junto al difícil acceso de algunas de sus playas, hace que esta parte de Menorca goce de un ambiente tranquilo, poco concurrido y con una panorámica inigualable. La playas de Cavalleria, de Binimel·la, Cala Pilar, Cala Pregonda o Cala Morell son una pequeña muestra de los rincones más bonitos de esta increíble costa.

Aunque la costa sur no se queda atrás, donde calas y playas, de aguas color turquesa y arena blanca y fina, se encuentran flanqueadas por altos acantilados que dotan al paisaje de una belleza extrema. Una buena manera de descubrirlas es a través del “Camí de Cavalls”, que te permitirá conocer tranquillas calas recónditas. En esta área de Menorca tendrás la oportunidad de disfrutar de calas como; Cala Mitjana, Cala Turqueta, Cala Porter, Cales Coves o la playa de Binigaus.

Pero si quieres conocer la costa de Menorca desde otra perspectiva, descubrir las calas y playas de la isla desde el mar, puede ser una experiencia inolvidable. Si el litoral norte es propicio para las inmersiones, el litoral sur lo es para la práctica del snorkel. Pero si sumergirte en ellas no es lo tuyo siempre tendrás la opción de subirte a una piragua, un kayak, un barco… y disfrutar de una maravillosa y mediterránea experiencia.