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    La Menorca del viento

    Con ocho vientos que marcan su fisonomía, Menorca es algo más que la consorte de Eolo. Una isla que a la que el viento domina a su antojo y en la que no faltan historias y leyendas únicas. ¿Te animas a conocerlas?

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    La Menorca del viento

    Con ocho vientos que marcan su fisonomía, Menorca es algo más que la consorte de Eolo. Una isla que a la que el viento domina a su antojo y en la que no faltan historias y leyendas únicas. ¿Te animas a conocerlas?

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    La Menorca del viento

    Con ocho vientos que marcan su fisonomía, Menorca es algo más que la consorte de Eolo. Una isla que a la que el viento domina a su antojo y en la que no faltan historias y leyendas únicas. ¿Te animas a conocerlas?

Con ocho vientos que marcan su fisonomía, Menorca es algo más que la consorte de Eolo. Una isla que a la que el viento domina a su antojo y en la que no faltan historias y leyendas únicas. ¿Te animas a conocerlas?

Día 1: Las leyendas milenarias de los vientos del norte

Faro CavalleriaBarcos amarrados


Cuenta la leyenda que fueron muchos los escritores que, como Josep Pla, huyeron de Menorca por la furia de su viento, por su sonido y por una intensidad que, en ocasiones, puede llegar a ser molesta. Unos autores que, pocos años después, volverían a ese mismo territorio con la necesidad de sentir esa misma fuerza del viento. Sí, como si de un potente imán se tratara. 

Salvo por el popular monte El Toro, Menorca es una isla llana y un territorio irremediablemente expuesto a los vientos del sur, levante, poniente, gregal, siroco, mistral y lebeche, un ejército de súbditos de Eolo que tienen como reina indiscutible la tramontana, el viento del norte. 

Esta realidad que se remonta al inicio de los tiempos y que da sentido a la isla de Menorca es la que te proponemos conocer en estos cuatro días de ruta por el territorio del viento. ¿Nuestro primer rumbo? El norte de la isla, concretamente Fornells y el Port de Sanitja. 

El núcleo urbano de Fornells es algo así como un pequeño paraíso marinero. Ubicado en el norte de la isla y a menos de treinta kilómetros de la capital menorquina, Fornells, con su aparente calma, con su luminosidad y con el suave movimiento de sus palmeras, es la capital del viento menorquín. Un lugar que mira cara a cara al viento de tramontana y que ha hecho de este fenómeno meteorológico una forma de vida. 

Famoso por su caldereta de langosta, esa que no puedes dejar de probar una vez que el hambre de mediodía llame a tu estómago, Fornells es un paraíso natural en el que podrás disfrutar de todas las bondades de deportes como el surf y el kitesurf. ¿Nuestro plan recomendado? Disfrutar de un desayuno en primer línea del mar para luego disfrutar de la brisa de la tramontana con una sesión de vela ligera o de surf. 

Tras una mañana disfrutando de los deportes náuticos de Fornells y de su gastronomía, te proponemos continuar la ruta norte del viento de tramontana y visitar dos de las joyas paisajísticas de Menorca: el puerto de Sanitja y el faro del cabo de Cavallería. 

Considerado uno de los puertos romanos más antiguos de nuestro país, el puerto de Sanitja da cobijo a las embarcaciones menorquinas en los días de tramontana. Aparentemente frágil, este puerto es un lugar en el que respirar tranquilidad, autenticidad e historia menorquina en estado puro. 

La ubicación estratégica del puerto romano hará que estés a menos de dos kilómetros de distancia del bonito faro del cabo de Cavallería, un faro construido en el siglo XIX y que ha sido testigo de miles de maniobras náuticas. 

Alto, imponente y lleno de historia, este faro es mucho más que un templo para el viento de tramontana, ya que es un lugar único en el que disfrutar de unas panorámicas naturales realmente bonitas.


Día 2: De la magia de Binibèquer al viento del este en Son Bou

KitesurfBinibeca


Aunque el más conocido de todos es el de tramontana, Menorca, como comentábamos, es el hogar de otros siete vientos que proceden de puntos diferentes y que hacen que, de norte a sur y de este a oeste, la isla tenga un color especial y una identidad propia.

Descubierta la cara norte de Menorca con Fornells y el faro del cabo de Cavallería como puntos destacados, en este segundo día de ruta por la isla te proponemos visitar la zona este de Menorca con un recorrido costero por rincones como Punta Prima, Binibèquer o Cala en Porter. ¿Qué vientos te acompañarán en esta expedición? El viento del sur y el lebeche (procedente del suroeste).

Los vientos del sur y de lebeche llegan a Menorca procedentes de África, un hecho que, más allá de dar a ciertas zonas de la isla un ligero toque rojizo procedente de las arenas del desierto africano, hace que en lugares como Son Bou o Cala en Porter el viento sea mucho más cálido. ¿Resultado? Un clima mucho más agradable y altamente propicio para disfrutar de los deportes náuticos, incluso en invierno.

Para disfrutar de este segundo día de ruta puedes comenzar con un desayuno en Punta Prima, el punto sur más destacado de Menorca. En esta localización, además de poder apreciar algunas de las playas más bonitas de Menorca, podrás notar esa brisa ligeramente cálida que llega a la isla con las primeras luces del alba. Con el estómago lleno y después de disfrutar de la belleza natural de zonas como la playa de Punta Prima, puedes continuar en la ruta del viento del sur poniendo rumbo a Binibèquer, uno de los pueblos más pintorescos de Menorca. 

Además de ser uno de los pueblos más reconocibles de Menorca (por sus casitas blancas y su ubicación mirando de frente al Mediterráneo), el de Binibèquer es uno de los puntos de obligada visita en todo viaje a Menorca. Mecido por la brisa del viento del sur, la visita a este pueblo pasa por caminar por sus angostas callejuelas y comprar alguna cesta (senalla) hecha a mano.

Con el sol en su punto más alto y con el gusanillo haciendo acto de presencia en nuestro estómago, te recomendamos que hagas una parada técnica en Binissafúller para disfrutar de una comida cien por cien local y con unas vistas únicas a los Illots d'en Marçal.

Nuestro último destino te llevará directamente a la gran playa de Son Bou, una de las más conocidas entre los surfistas que visitan Menorca y un lugar en el que sentir esa mezcla entre los vientos del sur y del sureste. Aunque son muchos los que van con su propio equipamiento, en Menorca puedes dar con diversos centros especializados en los que alquilar una tabla de surf y en los que disfrutar de clases personalizadas.


Día 3: El monte Toro, viento y mitología

Monte Toro

Además de ser un lugar lleno de leyendas e historias mitológicas, el monte El Toro es algo así como el punto en el que confluyen todos los vientos de Menorca. Un lugar en el que disfrutar de unas vistas realmente espectaculares de la isla y en el que disfrutar de unas horas ideales al abrigo de la esencia montañosa de Menorca.

Si bien se puede visitar a cualquier hora del día, te recomendamos madrugar, desayunar en el centro de El Mercadal y subir a la única montaña del territorio insular. Tras superar una carretera con notables curvas, la ruta te llevará al santuario de la Virgen del Toro, la patrona de Menorca y un lugar auténtico y encantador. 

Terminada la visita al monte El Toro, puedes volver a El Mercadal para disfrutar de una ruta por alguna de sus queserías o poner rumbo al bonito y pintoresco pueblo de Alaior, toda una referencia en los meses de verano por sus tradicionales jaleos de caballos. 


Día 4: Descubriendo el faro de Favàritx

Faro Favàritx

Ningún viaje a Menorca debería concluir sin disfrutar de un día en el parc natural de S´Albufera des Grau. Con más de cinco mil hectáreas de territorio, este parque es un pulmón para la isla de Menorca y un lugar perfecto para disfrutar de una ruta senderista con rumbo al Faro de Favàritx. Más allá de recomendarte su visita por eso de su belleza natural y de su autenticidad, la ruta por este punto de Menorca es altamente recomendable para vivir en primera persona esa fuerza que tanto caracteriza al temido viento de Tramuntana. 

El plan perfecto para disfrutar de la experiencia como toca pasa por coger una mochila, algo de comida para hacer un picnic y -cómo no- una buena cámara de fotos para inmortalizar el lugar y el momento. Una vez que tengas tu equipamiento senderista a punto, tocará poner rumbo al parque natural de S'Albufera des Grau siguiendo los accesos marcados en las principales carreteras de la isla. Dado que en Menorca las distancias son cortas, llegarás al destino en cuestión de quince minutos. 

Aunque la recomendación pasaría por invertir la mayor parte del día en el corazón del parque descubriendo la belleza de su flora y su fauna, no hay que olvidar que el plato fuerte de la visita queda localizado en el Faro de Favaritx. Ubicado en el cabo del mismo nombre, este faro es toda una referencia para aquellos que quieren cazar instantáneas simplemente maravillosas.



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