Sus finas arenas de tonos dorados y las aguas turquesas que rodean toda la zona, las convierten en dos de las calas favoritas de turistas y locales de la zona. Justo al lado de Cala Gració encontramos Cala Gracioneta. Una cala muy similar a su hermana, pero algo más pequeña y con un encanto especial. Rodeada de pinos que ayudan a bajar la temperatura y con unas aguas muy tranquilas, a veces da la sensación de ser una piscina con vistas a un rincón del Mediterráneo. La bahía que las protege hace que ambas calas sean ideales tanto para familias, como para aquellas personas que disfruten con la práctica del snorkel y los fondos marinos. 

Su acceso es muy sencillo y con un pequeño paseo o cogiendo el autobús desde San Antonio, llegaremos a ellas con mucha facilidad tras desplazarnos aproximadamente 2 kilómetros. Para los amantes de las puestas de sol, recomendamos perderse entre las cercanas rocas para disfrutar de ella con toda tranquilidad.