Más allá de la maravillosa costa de Santanyí, con sus 35 kilómetros de litoral salpicado de calas de ensueño, o su Parque Natural de Mondragó, esta localidad ofrece otros encantos para descubrir: su mercado semanal, su iglesia, de finales del siglo XVIII dedicada a San Andrés, el rectorado o el ayuntamiento, o bien algunos coquetos bares y restaurantes donde degustar la gastronomía más típica.

El mercado de Santanyí, con más de 150 puestos, se despliega cada miércoles y sábado por las principales calles de la localidad (Carrer Portell, de la Mar, de la Pau, Sant Andreu...), en torno a la iglesia y la Plaça Major.

Es uno de los mercados con más encanto de Mallorca. Aquí se encuentra casi de todo. Productos de la huerta local, quesos, conservas, embutidos, aceitunas, vinos o licores, junto a puestos de  flores, ropa, complementos, utensilios de cocina, decoración... Y, por supuesto, artesanía, como cerámica de Pòrtol, tela de lenguas mallorquinas o esculturas realizadas con la afamada piedra de Santanyí, utilizada en la construcción de edificios tan emblemáticos como la Catedral, el castillo de Bellver o el palacio de la Almudaina...).

Otros núcleos urbanos del municipio también celebran sus mercados semanales. Los martes en S'Alqueria Blanca, y los jueves en Es Llombars y Calonge. Y, durante el verano, Cala Egos también acoge un mercado artesano, que tiene lugar cada jueves por la tarde en la avenida de Sa Marina.