El acceso al recinto se realiza a través de la casa de l’Almoina (Limosna), junto a la torre del campanario. En esta casa, hoy vestíbulo del museo, se repartía limosna y pan a los pobres y enfermos. La fachada data de 1529 y la obra fue diseñada por un seguidor del arquitecto Guillem Sagrera. El interior está decorado con pinturas murales mudéjares. El Museo consta de tres salas importantes. La antigua sacristía “dels Vermells”, de principios del siglo XIV; la antigua sala capitular gótica, atribuida a Guillem Sagrera; y la sala capitular barroca, proyectada el 1696, profusamente decorada con motivos florales. Otras muchas obras de un valor especial pueden admirarse en el Museo capitular, como los candelabros de siete brazos, obra en plata de Joan Matons de principios del siglo XVIII, o la custodia mayor de 1585. Asimismo, en el claustro, edificado el año 1707, en el antiguo huerto, pueden verse, en los muros de los corredores, elementos muy diversos de antiguas obras que pertenecían a la Catedral.