Había una vez una isla en el Mediterráneo conocida como la “isla blanca” pues todas sus construcciones eran de ese color. Aunque hoy Ibiza está repleta de colores, sigue conservando sus singulares iglesias blancas. Se trata de templos únicos en el mundo, concebidos como fortalezas para proteger a la población de los ataques piratas.
De ahí que muchas de ellas mantengan aún torres defensivas y un aspecto similar al de los castillos fortificados. Son además el centro de la vida cotidiana de los pueblos, un lugar de reunión y escenario de fiestas y conciertos. ¡Anímate a descubrir el original patrimonio arquitectónico de la isla!