Las ruinas olvidadas

Mallorca esconde entre sus montañas y frondosos bosques un legado arqueológico que va más allá de los sitios más populares. Estos yacimientos están apartados de los recorridos turísticos más transitados y, al haber sido poco explorados, parecen semiocultos en la naturaleza, pero revelan la intensa actividad humana de siglos pasados. Son ruinas olvidadas ideales para quienes buscan una experiencia cultural singular y auténtica.

Un ejemplo destacado es el entorno arqueológico de Almallutx, situado en el corazón de la Serra de Tramuntana. Este enclave abarca desde la Edad del Cobre hasta la época islámica, aunque gran parte de sus restos yacen bajo las aguas del embalse de Gorg Blau. Sus estructuras talayóticas, necrópolis y vestigios islámicos revelan la rica historia de la zona. El acceso, aunque algo difícil, recompensa a los aventureros con una combinación única de naturaleza, cultura y arqueología.

Otro yacimiento imprescindible es Son Ferrandell - Son Olesa, también en la Serra de Tramuntana, a los pies del Puig de Sa Moneda. Los visitantes pueden recorrer cuatro talayots alineados que formaban parte de un antiguo centro ceremonial. Este sitio permite una inmersión en la cultura talayótica, con sus santuarios, áreas de convivencia y almacenes. El espectacular entorno natural de Valldemossa añade un encanto especial a la visita.

Finalmente, los Talayots de Pula se encuentran en un entorno singular: en un campo de golf. Dos talayots, uno escalonado y otro circular, permiten a los visitantes retroceder en el tiempo hasta la prehistoria mallorquina. Aunque rodeados de instalaciones modernas, estos vestigios son una muestra del rico legado prehistórico de Mallorca y, además, ofrecen unas vistas impresionantes sobre el valle del Port Vell.