Se trata de un faro que hoy ya no funciona como tal. Fue inaugurado en 1897, después de que el Ayuntamiento de Sant Antoni pidiera su construcción al Estado, ya que se habían producido varios naufragios en la zona. Funcionó hasta 1963, año en que dejó de prestar servicio como señal marítima, aunque sus viviendas siguieron sirviendo de hogar a los fareros que se ocupaban de otras torres en la zona.

En 2006, la Autoridad Portuaria de Balears lo cedió al Ayuntamiento de Sant Antoni que, tras restaurarlo, le devolvió la vida como Centro de Interpretación del Mar, espacio sociocultural y sala de exposiciones.